Jaime Jiménez Marchante tras sus artículos sobre la envidiala sumisión, y la depresión, nos inicia en la sexualidad que refleja la escritura

Si Grafología según la RAE es “el arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cualidades psicológicas de quien la escribe”, podemos llamar “antigrafología” a asociar unos rasgos escriturales, unos trazos, a un aspecto de la personalidad.

La sexualidad está presente a lo largo de todo escrito que realizamos, pero hay zonas, trazos, signos, que la reflejan con más claridad

En el artículo de hoy vamos a exponer por un lado los rasgos que aparecerían en una letra de alguien con sexualidad normal-positiva, por otro y como curiosidad cómo se refleja la sexualidad en la letra de un amplio sector de adolescentes, y por otro la letra de un obseso sexual, condenado por agresión sexual y asesinato, y que vuelve a estar de actualidad.

Lo primero que observa el grafólogo al analizar la sexualidad en un escrito es la forma. Una letra de forma curva (presencia de ángulos solo donde corresponde) unida a enlaces entre letras curvos, nos habla de suavidad en el trato, de dulzura, de adaptación, de sensualidad. Si a esto le unimos una letra cuidada, presumimos que la persona cuida su aspecto y por lo tanto quiere gustar. Los márgenes deben ser parecidos al modelo caligráfico, sin embargo el margen derecho puede ser pequeño y la letra inclinada (a la derecha pero no excesivamente pues estaríamos hablando de extremos), óvalos abiertos por la derecha (letras “a”, “q”, “d”, etc) reafirmarían la proximidad y tendencia al contacto con los demás.

Los adornos innecesarios pero sin abusar de ellos nos hablaría de coquetería, de “pose”. La aparición de bucles y guirnaldas en la letra podría indicarlos intereses personales en la relación, y por lo tanto falta de sinceridad y espontaneidad.

Un tamaño de letra excesivo y un abuso de los adornos junto a otros rasgos, podría indicarnos tendencia al exhibicionismo de la persona.

Y en este punto, llegamos a la letra “g”, que a pesar de lo que muchos piensan no tiene relación con el “punto g”.

Según la escuela Suiza y su fundador el psicólogo Max Pulver en su Teoría del Simbolismo del Espacio, la zona izquierda de un grafismo equivale al pasado, a la madre, a lo conocido. La zona derecha nos habla del futuro, de lo que viene, de los demás. La zona superior se correspondería con lo espiritual, y la inferior con lo material, con lo instintivo y por tanto con el sexo. Y en el centro estaría el “YO”

La Sexualidd en la Escritura 1

Pues bien, la letra “g”, es la única letra que caligráficamente partiendo del “yo”, bajaría a la zona inferior, a la zona de los instintos, y subiría para unirse a la letra siguiente.

El grafólogo pondrá especial interés en el estudio de esta letra al analizar la sexualidad ya que la forma del óvalo, cómo desciende el trazo y su tamaño, su cambio de dirección (si es suave o en ángulo, si los trazos ascendentes y descendentes su “montan”, si está o no presionado, etc,), y si se une o no a la letra siguiente (contacto con los otros y entrega) nos “dirán” todo sobre el comportamiento sexual de su autor.

La Sexualidd en la Escritura 2
Letra correspondiente a una persona con sexualidad bien llevada aunque observamos los “pies” de la letra “g” cuyo ascenso se frena, por lo que la entrega en el terreno sexual no es total.

En la sociedad actual es frecuente encontrar entre los adolescentes y no ya tan adolescentes un tipo de letra que se correspondería con personas consentidas que reciben todo tipo de “premios” sin esfuerzo y casi sin pedirlos, personas concentradas en sí mismas que no muestran interés ni por lo espiritual ni por lo material, cuyos rasgos comunes serían una letra de inclinación oscilante, excesivamente curva casi redonda (incluso donde debería haber un ángulo hay una curva), de tamaño medio-pequeña, con preponderancia de la zona media y casi ausencia de “crestas” y “pies”, barra de la letra “t” muy baja, y con frecuentes adornos que, desde el punto de vista del artículo de hoy, correspondería a una sexualidad pasiva, entregada, fácil, abierta y siguiendo los comportamientos sexuales mas influyentes.

La Sexualidd en la Escritura 3
Letra de una adolescente

Como hemos citado al comienzo de este artículo, vamos a comentar la letra de Toni King, violador y asesino de Sonia Carabantes y Rocío Wanninkof y los rasgos escriturales comunes a este tipo de criminales.

La zona inferior de la letra (los pies) es desproporcionadamente grande, con gestos muy amplios y regresivos (descontrol desmedido en la zona de los instintos) en letras como la “g”, “y”, etc., cruzándose la zona inferior de una línea con los trazos superiores de la siguiente (confusión de ideas, falta de discernimiento entre las esferas emocionales y racional).

La Sexualidd en la Escritura 4Aumentos bruscos de tamaño (falta de control emocional), frecuentes pastosidades (entintamientos) en óvalos, y está más presionada en trazos verticales que horizontales, aunque entre los primeros también hay notables diferencias de presión que denotan una sexualidad desmedida y la necesidad de “sensaciones físicas agradables” (entiéndase hablando desde sus referencias).

Otros apartados a analizar en la escritura con respecto a la sexualidad podrían ser la homosexualidad (siempre que no esté naturalmente asumida pues si es así no tendría manifestaciones gráficas particulares), el hedonismo, etc., pero para no cansar al lector serán fruto de artículos venideros si son de su interés.

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Por Jaime Jiménez Marchante

Militar de carrera retirado, es actualmente profesor, articulista, investigador y colaborador habitual de la Administración de Justicia como Perito Calígrafo – Grafólogo Judicial en España. Experto Universitario en Grafopsicología, Pericia Caligráfica y Documentoscopia. Cursos de “Grafología Infantil” y “La Grafología en la Selección de Personal”. Miembro de la Asociación Profesional de Peritos Calígrafos (Sociedad Andaluza de Grafología y Pericia Caligráfica) Creador de la llamada “Antigrafología”.

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