Jaime Jiménez Marchante analiza los rasgos escriturales correspondientes a la sumisión
Si Grafología según la RAE es “el arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cualidades psicológicas de quien la escribe”, podemos llamar “antigrafología” a asociar unos rasgos escriturales, unos trazos, a un aspecto de la personalidad.
Así, por ejemplo, podemos dar los rasgos escriturales correspondientes a la bondad, la maldad, el altruismo, la ambición, la obsesión (de cualquier tipo), al sentimiento de inferioridad, a la mentira, a las dotes de mando, etc. En fin, de tantas características psicológicas como posee el ser humano teniendo en cuenta que, no tienen que darse todos los rasgos escriturales en una letra pero su acercamiento a dicho aspecto de la personalidad será más acusado cuantos más se den.
Esta pericia es muy utilizada por los grafólogos en el proceso de selección de personal donde se busca un perfil determinado para un puesto.
Rasgos escriturales correspondientes a la sumisión
Según la Real Academia de la Lengua, la sumisión es el “sometimiento de alguien a otra u otras personas”; también la define como el “sometimiento del juicio de alguien al de otra persona”; y por último, como el “acatamiento y subordinación manifiesta con palabras o acciones”.
En suma, no es más que la falta de ganas de luchar, pasividad y dejadez de la voluntad a la voluntad de otro.
Por sus rasgos escriturales entendemos que una persona es sumisa cuando presenta los rasgos que vamos a ver a continuación, y en ausencia de enfermedad o agotamiento físico, pues en muchos de ellos son rasgos coincidentes.
Es normal encontrar una letra sin presión (ausencia de profundidad y trazo tenue) y sin tensión, de tal manera que los trazos rectos sobre todo los verticales, se doblan faltándole rigidez.
Suele estar inclinada (o muy inclinada, como caída) a la derecha y líneas (renglones) que desciende progresivamente y sobre todo en su final al llegar al margen derecho. La escritura es curva que puede llegar a ser redonda, o sea, que incluso los trazos que deben ser rectos los hace curvos.
La letra suele ser pequeña o muy pequeña, y carece de altura y de prolongación por debajo de la horizontal. La barra de la letra “t” minúscula, está colocada en la zona media-baja del trazo vertical de la letra y flácida, sin tensión.
Ausencia de signos de puntuación y margen derecho grandes complementan los signos que acompañan la escritura de una persona sumisa.
La sumisión puede deberse a una persona de baja autoestima que se relaciona con alguien que considera “superior” a quién entrega su voluntad. En artículos venideros analizaremos la fuerza del “yo” y sus manifestaciones gráficas.
Los comentarios están cerrados.