Los momentos actuales aconsejan prudencia. Según mi experiencia, en los dos últimos años la crisis que azota a las familias españolas ha conducido a muchas personas a deshacerse de algunas de sus más valiosas pertenencias, como las joyas familiares, el oro y, también las colecciones de numismática y filatelia
A menudo me encuentro con particiones y herencias en las que los herederos son absolutos desconocedores del patrimonio heredado. Un conjunto de monedas del padre o el abuelo, una serie de álbumes y archivadores llenos de sellos… Las familias no saben qué hacer con estos lotes y lo primero por lo que se opta es por determinar su valor.
Claro que surge entonces el problema, el del coste de la oportunidad. ¿Dónde vender? Con el coleccionismo ocurre igual que con cualquier otro bien mueble, el mercado está activo mientras hay liquidez, y se ha terminado derivando hacia un escenario muy parecido al del mercado inmobiliario: hay muchos compradores potenciales pero con escasas posibilidades. Siempre sorprenden situaciones como la recientemente vivida en una subasta numismática celebrada en Madrid por el conocido numismático Jesús Vico, donde una singular moneda de oro acuñada en tiempos de los Reyes Católicos con valor de 10 excelentes ha alcanzado los 450.000 euros, adjudicándosela un comprador anónimo. Son casos aislados que siempre activan las emociones y los mercados.
Mi compromiso pericial es el de determinar el valor de los objetos de colección, los bienes muebles que se encuadran en la filatelia y la numismática. Con atención a los valores de mercado, pero sin desviarnos mucho de su valor real, porque aproximar un valor al del momento actual supone depreciar el objeto. Otro asunto es que no se consiga luego liquidar en el mercado, pero el valor es intrínseco.
Y en el caso de colecciones soberbias, que cuentan con importantes lotes y que en sí mismas son ya un conjunto, nos solemos toparnos con piezas singulares, monedas de oro importantes, cartas con franqueos cuyo valor es difícil de determinar. Todo ello no hace sino engrandecer los conjuntos y las colecciones.
El valor de las cosas existe, y los mercados resultan siempre muy volubles a la liquidez instantánea. Mi padre, gran coleccionista y gran comprador, me insistía siendo niño: -“Hijo, cuando quieras vender algo, primero vende y luego arrepiéntete”-
tengo varias colecciones de sellos comprados en AFINSA, me gustaría que alguien me informe de como puedo saber su valor real.
Puede ponerse en contacto con nosotros en Tasacionesfilatelicas.com en el correo electrónico tasaciones@tasacionesfilatelicas.com y le orientaremos sobre su situación actual.
Quedo a su disposición y le envío un saludo cordial.
José Luis Barceló