María del Carmen Calderón Berrocal firma este nuevo artículo de la serie “Hablando de Pericia Caligráfica” y en esta ocasión describe la escritura y sus componentes básicos

Se escribe ejerciendo presión con dos dedos y con otro como soporte. Los dedos que ejerce la presión son el pulgar y el índice y el que sirve como apoyo es el corazón; a todo lo cual se suman movimientos en combinación de inscripción y de extensión.

Pericia CaligráficaEn los diestros el movimiento de inscripción es lo que permite en el soporte imprimir los signos gráficos o dibujos; el ejercicio combina flexión, rotación y la extensión del pulgar, la tercera falange del índice y del corazón, con lo que se consigue sostener el útil escriptorio; mientras que los dedos anular y meñique sirven de apoyo a la mano. El movimiento de extensión se ejerce al deslizar el antebrazo alrededor del codo; y el codo hace de punto de inflexión y centro de referencia de los movimientos.

En cuanto a los siniestros, zurdos o chotos, es decir, las personas que en vez de utilizar la mano derecha para escribir, utilizan la mano izquierda, los dos movimientos se hacen solamente con la mano; el movimiento de inscripción se hace con la mano y con los tres dedos que sostienen el útil escriptorio a un mismo tiempo. En este movimiento escriturario, la mano arrastra al brazo y basculará en su progresión dirigiéndose hacia la derecha, sobre la extremidad, sobre la tercera falange del anular y del meñique.

Dicho lo cual procede continuar diciendo que los componentes básicos del grafismo son las líneas curvas y rectas, que tienen ilimitadas formas de conbinarse entre sí formando los grafemas, los guarismos y otros signos.

Hay que tener presente los conceptos de grama o trazo; mientras que el concepto grama queda referido a la escritura, los gramas pueden formar grafemas o dígitos y estos a su vez formarán las palabras. Pero más usual y comprensible quizás sea el concepto trazo porque define cada parte del signo gráfico.

A su vez el trazo tiene dos componentes que son el punto de arranque y el gesto. Si el punto de arranque es el inicio del trazo, el gesto queda determinado como la parted el trazo que presenta una característica específica, que no tiene por qué ser esencial en la configuración del grafema pero sí es algo consustancial al autor de la escritura.

Se diría pues que el trazado es el conjunto de los trazos que van a componer el grafismo y que en base a su dirección o sentido en su ejecución puede ser dextrógiro y sinistrogiro, es decir que presenta orientación hacia la derecha o hacia la izquierda.

Cuando se estudia una escritura se estudian tanto constantes personales como estructurales del grafismo, entendiendo entre las constantes personales si se trata de una mano experta o inexperta; de qué útil se trata, si bolígrafo, pluma, rotulador, lápiz…; se estudiará el ductos, que no es más que el movimiento de la mano en su lentitud o razpidez; la debilidad o la fuerza en la presión que se haga con el útil escriptorio sobre el soporte, es decir, la presión que el autor ejerza con el lápiz, bolígrafo…., sobre el papel; la inclinación de la grafía; su dirección, teniendo en cuenta su elevación o depresión sobre la base ideal de la caja de renglón, etc.; los nexos y enlaces, la espontaneidad… Del cotejo de las grafías dubitadas e indubitadas se llegará a unas consecuencias y finalmente a un dictamen, que es lo que servirá de ayuda al juez para pronunciarse  en su sentencia sobre un caso particular.

Como elementos constituyentes de la grafía están los trazos que podremos encontrar como rectos, curvos pudiendo estos a su vez ser cóncavos y convexos; mixtos, en torsión, abombamiento, esenciales, descendentes, de conexión.

También como elementos constituyentes de la grafía están los rasgos que serán iniciales y finales. Entre los rasgos iniciales o rasgos de ataque podemos ver ganchos ya sean curvos, en arpón, en escorpión; prolongados, ya sean desde la izquierda, desde arriba, desde aboajo; afilados o acerados, abultados, rotos; centrípetos, ya sean estos limitados o en espiral; envolventes, que lo podrán ser por arriba y por abajo; en lazadas.

Los Rasgos finales son quizás más fáciles de ver, pudiendo encontralos en gancho en sus formas de arpón, diente de jabalí, curvo y mixto; en maza, afilado, acerado ya sea hacia arriba, hacia la derecha o hacia abajo; o contenidos, como el golpe de látigo que puede ser tanto anguloso como curvo; prolongado o lanzado en sus variedades ascendente, descendente, a la derecha, limitado; sinistrógiro como envolvente, en espiral, en lazadas o en elipses.

En cuanto a los enlaces podremos encontrarlos en forma de ángulo, en forma de curvas adoptando formas en arco o en arcada, en guirnaldas o en festón; en bucle o en ojal; en espiral o en nudo.

Por su parte, los puntos de arranque o ataque pueden ser en botón, siempre que se de un incremento en la carga de tinta; recto o normal sin aumentos.

El lenguaje escrito es la estructura básica sobre la que se asientan los procesos de abstracción y generalización, que caracteriza al pensamiento y a los lenguajes superiores; y es en base a todo ello por lo que fue posible establecer unos principios axiomáticos que hacen posible los estudios grafocríticos o de peritación caligráfica. Como decía Luria, en base a la etiología neuropsicomotriz y la necesidad de maduración general de los individuos para que pueda darse el acto de escribir en eutonía y com melodía cinética; así como a su efecto de retroalimentación e interconexión con el medio y el ambiente. Autor, psiquismo, emociones, ambiente, ergonomía, calidad de los materiales soporte y útil escriptorio, destreza escriptoria, todo se auna en el momento de escribir y es retratado literalmente en la grafía, que no solo es manifestación gráfica de la autoría, sino que nos habla de cómo es el sujeto actor, qué lo influye, qué lo condiciona, qué posibles enfermedades pueda tener, su carácter, incluso podremos, sin conocerlo ni haberlo visto antes, reconocer al autor, por su grafía retratado, antes de entrar en la sala judicial. Tal es la locuacidad de una simple firma o un simple texto.

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Por María del Carmen Calderón Berrocal

Licenciada en Geografía e Historia, Doctorado cursado en Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas Universidad de Sevilla; Paleografía, Neografía y Diplomátic. Perito Judicial Calígrafo en los tribunales de Sevilla y Huelva, peritaciones de parte y para instituciones como la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales. VII Curso Archiveros Junta Andalucía IAAP-USE. Máster y Especialista Universitario en Dirección de Centros Sociosanitarios de Mayores UPO. Máster Prevención de Riesgos Laborales UNIR. Asociación de archiveros Andaluces y Colegiada 5107 del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Sevilla y Huelva, siendo miembro fundador de su sección de Pericia Caligráfica.

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