Un artículo de Jorge Belloch Arquitecto Técnico en BD Arquitecnia
El pasado día 27 hemos podido leer en Europa Press, (os adjunto enlace más abajo), que durante el primer trimestre del presente año, la tendencia bajista del nivel de precios de vivienda en España continúa. Se basa en la estadística aportada por el portal inmobiliario “idealista”, que asegura que el descenso ha sido del 3,4 % de media, aunque afecta de forma diversa, el 91,4% de los municipios analizados sufrieron el descenso y la totalidad de las comunidades autónomas.
En el mismo artículo se señala que el nivel actual de precios alcanzado era impensable no hace muchas fechas, también señala la existencia de una demanda que parece que empieza a activarse vislumbrando el fin del ajuste, eso sí negociando muy a la baja. Vaticina que el descenso va a continuar forzado por las medidas del Gobierno hacia Bancos y sector inmobiliario para que realicen el ajuste necesario, también señala entre los incentivos del descenso la dificultad del acceso al crédito hipotecario.
Pero la cuestión és ¿cúal es la noticia?
Que los precios descienden por el exceso de oferta, la nexistencia de demanda, el crédito hipotecario utópico,…etc, esto ya es sabido a día de hoy por cualquier persona que viva y sufra este país, añadiríamos que actualmente otro de los motivos és la falta de trabajo, el agotamiento de los ahorros familiares que conduce irreversiblemente a mayor inseguridad y consecuente consumo nulo, incluso de parte del consumo necesario.
Pero esto ya lo sabemos, no hay ventas, hay traspasos de préstamos hipotecarios, cambios de titularidad sin contraprestación monetaria, vamos pago en especie, vía dación a bancos o a acreedores que, desesperados, cogen lo que sea, hasta inmuebles, por que saben que de lo contrario no veran ni un “duro”, por lo que la susodicha demanda no creo que sea real.
La cosa está mal, muy mal, pero no creo que la solución sea esperar a que los precios bajen más, que por otro lado no me parece mal, pero por sí sola no es la solución, creo que desciende mucho más rápido la población activa “mileurista”, que pasa a parado, que el nivel de precios. La situación actual no desvela la cercanía del cambio de tendencia, más bien pone a las claras, y encima de la mesa, la realidad de las familias de este país, que hemos pasado de clase media con alto consumo, a clase baja con perspectiva negativa a corto plazo y de posible extinción a medio plazo.
Que nadie se lleve a engaño, no és de ser apolíptico, la travesía por el desierto es dura, larga, y cada vez nos queda menos agua, asumámoslo, cuanto antes la iniciemos antes aliviaremos nuestra pesada carga, que ésta es nuestra y para nosotros, no esperemos salvadores, que si existen somos nosotros.
Tenemos que trabajar más y por menos, aunque no seamos culpables ni nos guste, ahora y en este momento, ya no hay otra opción, no hay margen de maniobra, eso sí, conviene no olvidar cada cual los motivos que considere por los que hemos llegado a este punto.
Quién nos iba a decir que íbamos a bendecir el trabajo, de momento busquémoslo y cuidémoslo, no por nadie, ni por el país, por nosotros. Ánimo.
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